Un equipo de profesores e investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y el Medio Natural (ETSIAMN) de la Universidad Politécnica de Valencia ha logrado desarrollar el primer pienso seco artificial de Europa que no es rechazado por los pulpos criados en cautividad y que permitirá alimentar a estos animales en piscifactorías.
El desarrollo de este innovador pienso está destinado a mejorar la producción de pulpos en acuicultura de una manera “económica”, lo que llevaría a incrementar la cantidad de pulpo en el mercado, según ha informado la escuela en un comunicado.
El trabajo, realizado en la Universidad Politécnica de Valencia con apoyo del proyecto nacional Jacumar, ha tenido que sortear enormes dificultades derivadas de las exigentes condiciones que impone el pulpo en su alimentación.
El equipo de investigación de la ETSIAMN que está desarrollando este proyecto, coordinado por la profesora Ana Tomás y el profesor Miguel Jover del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal (ICTA) han creado un pienso seco extrusionado similar al alimento natural que toman los peces, pero con ingredientes y textura diferentes para que no fuera rechazado por el pulpo.
Según la investigadora Ana Tomás, hasta ahora solo se había conseguido que los pulpos probasen el alimento y que mantuviesen el peso, pero no engordaban porque lo rechazaban. Literalmente no les gustaba ni el sabor ni la textura. “Aunque de momento los pulpos están engordando a un ritmo más bajo que cuando comen el alimento natural , hemos conseguido un gran hito en la alimentación de estos animales”. En la siguiente fase de desarrollo del proyecto, el pienso será perfeccionado para que el pulpo engorde más rápidamente y se administrará en grandes jaulas marinas.
Ambos científicos subrayan la dificultad de criar en piscifactoría a los pulpos. Según explican los expertos, son animales “extremadamente inteligentes, selectivos y con capacidad de aprendizaje”, todo ello dificulta los estudios realizados con pulpos, ya que se trata de animales que detectan el sabor “con todo su cuerpo y si un alimento no les gusta, no lo comen”.
Es más, los investigadores señalan que los pulpos prefieren no comer algo que no les gusta, ya que tienen la capacidad de autoconsumirse. Otra peculiaridad es que si están siempre en el mismo espacio, se aburren y tampoco comen, por lo que la cría en cautividad y los estudios con ellos, a veces pueden resultar complicados.
Por ello, es recomendable que la cría del pulpo se lleve a cabo en jaulas dentro del mar, donde el pulpo está en su hábitat y además, mantiene el agua siempre limpia, ya que el hecho de que el agua no esté lo suficientemente limpia, también hace que el pulpo pueda no comer por no sentirse a gusto.
