Que existe una infrautilización, por parte de las empresas, de la capacidad creativa e innovadora de los alumnos que estudian tecnología de alimentos es un hecho. Cualquier mecanismo que mejore el contacto de las ideas de estos con la industria, contribuirá a un mayor acercamiento entre universidad y empresa, así como a la generación de propuestas de productos innovadores basados en nuevo conocimiento. Pues manos a la obra, o al menos eso han pensado los participantes del proyecto europeo Foodlab, entre los que se encuentra el grupo CUINA de la UPV. Bienvenido este mecanismo para facilitar la transferencia al mercado de innovaciones alimentarias ideadas por estudiantes universitarios.